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Tóxicos alimentarios (II)

En esta ocasión, y como prometimos en nuestro último post, vamos a seguir hablando de un tema que nos parece muy interesante, sobre todo porque nos afecta a todos, y en muchos casos no se nos facilita (o desconocemos) la información necesaria.

Como ya dijimos anteriormente, la industria alimentaria utiliza tóxicos alimentarios para mejorar sus productos, estos tóxicos forman parte de la transformación de los alimentos, y por tanto no aparecen como ingredientes de los mismos. Se analizan los alimentos producidos, y generalmente se establecen unos tóxicos “máximos” aceptables, teóricamente no perjudiciales para la salud. En esta ocasión si vamos a hablar de tóxicos alimentarios que sí forman parte de los ingredientes que componen el alimento. Muchos de esos tóxicos se acumulan en el cuerpo y a la larga puede acarrear problemas más severos.

Antes de nada, y como ejemplo, para concienciarte sobre lo que puede desencadenar la transformación de los alimentos… ¿sabías que los cadáveres ya no se descomponen como antes? ¿cuál es la causa de ello? una amplia mayoría afirma que la razón es el uso de conservantes artificiales que añaden a los productos que fabrican, y que luego consumimos. Estos conservantes artificiales, terminan acumulándose en el cuerpo, y por el hecho de ser artificiales, nuestro organismo no está “programado” para tratarlos, y como no sabe qué hacer con ellos, poco a poco se van acumulando en el cuerpo. Cierto es que los más afectados son los estadounidenses. Por suerte para nosotros, todavía seguimos mejor o peor nuestra Dieta Mediterránea (sin tanto producto transformado), y de momento (y subrayo de momento) los efectos no son tan drásticos como en el norte de América.

El pasado post, lo centramos prácticamente en el mundo vegetal, en esta ocasión vamos a centrarnos en el mundo animal y sus derivados.

La carne que compramos en el supermercado, contiene multitud de conservantes sintéticos. Cada cárnica (da igual el tipo de carne: ternera, pollo, pavo, cerdo…) utiliza los que considera más convenientes, y tienen la obligación de especificarlo en la etiqueta del producto. La norma del etiquetado obliga a que el orden de los ingredientes debe ser especificado en orden decreciente (salvo unas pocas excepciones), así pues, el primer ingrediente será el que más peso tiene y el último el que menos.

Los conservantes más utilizados son los siguientes:

  • Nitritos y nitratos: son sustancias que inhiben el crecimiento de bacterias y además mejoran el color. Los nitritos se usan principalmente en cerdo, vacuno y pollo. Los nitratos se añaden al jamón y el tocino para darles ese toque rosado. Cuando los nitritos y los nitratos se unen a las aminas en el estómago, forman nitrosaminas, conocidos cancerígenos. Estamos comiendo proteína (carne) formada por aminoácidos, por lo que la probabilidad de formar nitrosaminas no es baja… La forma de reducir el riesgo, es ingerir vitamina C y hierro que se encuentra en los vegetales, por lo que siempre que comas carne, procura acompañarla de vegetales.
  • Sulfitos: ayudan a mantener el color y prolongan la vida de los alimentos que los contienen. Su principal peligro es que pueden causar asma  o anafilaxis. Los ya asmáticos pueden pasar un mal rato si ingieren productos que contengan sulfitos, por eso, en muchas etiquetas aparecen leyendas del tipo “puede contener restos” de sulfitos y sus derivados. El mejor consejo es minimizar su consumo o evitarlos.
  • Trombina: en realidad no es un tóxico, ya que es una enzima que forma parte de la sangre. La trombina es un anticoagulante que industrialmente, se suele extraer de la sangre de las vacas o cerdos. Se utiliza para “engañar” al usuario y hacer ver que por ejemplo el surimi es carne de cangrejo, o que los nugets de pollo es carne de pollo. Es el “pegamento” que se utiliza para reconstituir cualquier tipo de carne, y aquí el problema está en la calidad de “lo que está reconstituyendo”.
  • Natamicina: la natamicina es un antibiótico antifúngico que se suele utilizar en la superficie exterior de los quesos y embutidos, y también en otros alimentos como ensaladas envasadas para evitar que los hongos proliferen y así alargar la vida de estos alimentos. Los efectos secundarios pueden ser náuseas, vómitos, anorexia, reacciones alérgicas cutáneas y diarreas. También es conocido como E-235. Nuestro consejo es que no consumas embutido ni quesos sin “pelarlos” previamentepara evitar ingerir este antibiótico.
  • Benzopirenos: los benzopirenos son hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), ahí queda eso… hablando en plata son compuestos químicos que se forman por la combustión incompleta de la materia orgánica. Cuando por ejemplo una carne supera los 300ºC se forman estos compuestos tóxicos, que también se pueden formar a 200ºC si el alimento se cocina durante más de 30 minutos. Este tóxico es para que lo tengas en cuenta cuando cocines a la plancha, asado, barcacoa o similar, y en el caso que nos aplica, puede encontrarse en los ahumados del supermercado (carne, pescado, marisco…). Es un tóxico reconocido como carcinógeno, por lo que hay que evitarlo a toda costa.

Somos consientes de que existen muchos más aditivos, y tóxicos utilizados actualmente por la industria alimentaria, y hablar de todos llevaría unos cuantos post, y también queremos poder hablarte de otros temas. Nos conformamos conque se haya despertado tu curiosidad por leer las etiquetas de los productos que compras, y que busques información sobre los ingredientes que desconoces para ver cómo pueden afectar a tu salud y a la de los tuyos.

¿Hipócrates? ¿Ludwig Feuerbach? da igual quién lo dijera por primera vez… “somos lo que comemos”.

Esperamos haya sido de tu agrado y no olvides hacer clic en “Me gusta” para ayudarnos a seguir escribiendo sobre temas que consideramos de tu interés.

Alicia Navas
Fundadora de El Búho Verde, trabaja con los laboratorios de complementos alimenticios para traerte los productos naturales con las fórmulas más efectivas. Su misión también consiste en mantener una comunicación directa y fluida para asegurar el mejor servicio a los clientes de El Búho Verde.